La decepción del año ya tiene nombre propio: BMW.Sauber. Personificada en el talento y dedicación del sensacional polaco, el descalabro de BMW es el mayor de 2009. De los equipos que aparcaron el desarrollo de su monoplaza en 2008 -BMW, Brawn, Williams y Red Bull-, el de Colonia es el único que no ha mejorado sus resultados en esta temporada.
Con el mayor cambio reglamentario en veinte años es comprensible que los equipos que tomaron la vía contraria alargando los esfuerzos hasta la última carrera del pasado 2008 -McLaren, Ferrari... y Renault- estén teniendo dificultades para comprender el nuevo concepto aerodinámico de esta temporada. Sin embargo, lo de BMW es incomprensible.
En su momento, cuando el equipo alemán decidió no luchar por el título con Robert Kubica, no era de recibo valorar la decisión sin saber cómo irian los de Hinwill en 2009. Ahora, tras comprobar que el fracaso del F1.09, es el momento de reconocer el grave error que BMW cometió con Kubica en la pasada temporada.
Y aunque no lo enfoquen las camaras -tal y como pasaba con Jenson Button en las dos últimas temporadas-, el talento de Robert sigue siendo de primera. Es de recibo reconocerlo y pensar que detrás de otro abandono hoy en Mónaco está un sensacional piloto con un manifiesto enfado que, como buen jugador de equipo, jamás hará público.
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