Primera evaluación: sobresaliente

Aunque haya salido bien, que nadie dude que era un gran marrón. Un riesgo que un Liuzzi, Ide o Speed sin ninguna hora de vuelo en un Fórmula Uno seguramente habrían convertido en un desastre. Sin embargo, Jaime Alguersuari (sí, Alguersuari, queridos inútiles) ha convertido en una toma de contacto perfecta con la Fórmula Uno tras marcarse un fin de semana sin salidas de pista, sin errores, silencioso y aguantando el ritmo de los tipos con los que le tocará luchar en lo que queda de campeonato.

Ahora sería deseable ver como todos los que dudaron del talento de Jaime (yo también dude... pero de su experiencia) bajaran el arma con el que pretendían ajusticiar al chico y reconozcan la dificultad de lo que Alguersuari ha hecho este fin de semana en Hungría. Así demostrarían tener parte de la madurez que demuestra este jovenzuelo de 19 años cada vez que se baja la visera en un circuito o le acercan un micrófono. Jaime ha estado rápido, constante y ágil, muy por encima de lo que puede esperarse de alguien que jamás había visto tanto coche de F1 junto desde tan cerca.

Ya sin el foco del paddock, Alguersuari no va a hacer más que crecer en las siguientes citas del campeonato. Aparcado el 'factor miedo', progresar seguirá siendo dificil para Jaime, pero la logarítmica curva de aprendizaje de un debutante ya tiene menos pendiente para Alguersuari. Hablando en plata, digamos que lo peor ha pasado. Sin ir más lejos, el barcelonés conoce el Valencia Street Circuit -próxima cita del campeonato- tanto como los pilotos oficiales y el fin de semana para él ya no será un camino hacia lo desconocido como lo ha sido este. Ahora empezará el camino hacia la gloria.