Poco después de terminar la carrera de China, Ron Dennis anunció que McLaren centraría sus esfuerzos en el campeonato de pilotos, desechando el de constructores. A pesar de que ambos no son incompatibles, las pocas opciones de McLaren frente a Ferrari en el campeonato de equipos hacen que el patrón de la escudería británica esté decidido a devolver la corona a Inglaterra, nueve años después.
Y es que para acordarse de la última gran alegría de McLaren hay que remontarse a 1999: cuando Mika Häkkinen se hizo con su segundo entorchado, tras la mítica carrera de Suzuka en la que Ferrari se convirtió en campeón del mundo de constructores tras casi dos décadas de ostracismo. Desde entonces, el equipo de las flechas de plata no ha conseguido hacer campeón del mundo a sus siempre ilustres pilotos, entre los que se encuentran un bicampeón del mundo en titulo. un futuro campeón y el mejor debutante de la historia de la F1.
La época oscura de McLaren ha estado marcada por decisiones políticas que afectaban a la faceta deportiva del equipo, la guerra fría con la FIA, galopantes problemas de fiabilidad e incluso algún monoplaza que de tan revolucionario no llegó a debutar en un Gran Premio. La necesidad de ganar un título apremia más a Ron Dennis que a nadie más en McLaren. Hace demasiado tiempo que un titulo entra en la reluciente fábrica de Woking.
Y es que para acordarse de la última gran alegría de McLaren hay que remontarse a 1999: cuando Mika Häkkinen se hizo con su segundo entorchado, tras la mítica carrera de Suzuka en la que Ferrari se convirtió en campeón del mundo de constructores tras casi dos décadas de ostracismo. Desde entonces, el equipo de las flechas de plata no ha conseguido hacer campeón del mundo a sus siempre ilustres pilotos, entre los que se encuentran un bicampeón del mundo en titulo. un futuro campeón y el mejor debutante de la historia de la F1.
La época oscura de McLaren ha estado marcada por decisiones políticas que afectaban a la faceta deportiva del equipo, la guerra fría con la FIA, galopantes problemas de fiabilidad e incluso algún monoplaza que de tan revolucionario no llegó a debutar en un Gran Premio. La necesidad de ganar un título apremia más a Ron Dennis que a nadie más en McLaren. Hace demasiado tiempo que un titulo entra en la reluciente fábrica de Woking.