viernes, 30 de marzo de 2012

Una 'oportunidad Rosberg' para Grosjean

Grosjean está de vuelta. Su precipitado debut en Fórmula 1 junto a Fernando Alonso en uno de los momentos más deprimentes de un equipo en la historia reciente del Gran Circo no ha terminado con su carrera, merecedora de algo más que un puñado de Grandes Premios.

Reciclado en campeón de la categoría de plata, Romain vuelve a la Fórmula 1 con 25 años, mucho más preparado que en 2009, y en un equipo Renault convertido en Lotus tras un cambio que va más allá de la denominación: el peculiar estilo Briatore ya es pasado y el afable Eric Boullier trata de transmitir su porte cercano al resto de estamentos de la escudería.

Ese entorno amigable, en contraste con la depresión post 'crashgate', será perfecto para el crecimiento de un piloto que ha demostrado su calidad en categorías inferiores y que, pese a que se señale al apoyo de Total como una de las razones por las que ha sido elegido, merece un hueco en Fórmula 1 tanto como los Hülkenberg, Maldonado y compañía.

Precisamente, Grosjean será quien cumpla el deseo que el venezolano tenía para 2012: enfrentarse con Kimi Räikkönen y poder probar si está destinado a jugar en la liga de los grandes en el futuro. Batir al finlandés, cuya presencia en la pretemporada está demostrando a los críticos que su figura aún despierta muchas pasiones entre los aficionados, es el único reto de Romain en este 2012.

Y tal y como comprobó Nico Rosberg con Michael Schumacher, el león puede ser menos fiero del que lo pintan: la readaptación de Räikkönen a la Fórmula 1 será complicada con tan pocas sesiones de pretemporada y está por ver si su enfoque y actitud no decaen si, como es probable, Lotus no tenga un coche tan bueno como para subir al podio de vez en cuando.

Vencer al mediático Räikkönen en su retorno a las pistas sería la mejor carta de presentación de Grosjean para los que se han olvidado ya de que un día fue piloto de Fórmula 1. Cualquier otra cosa le haría parecer uno más y en Fórmula 1 no habrá tercera oportunidad para Romain: ha llegado la hora de romper el hielo.