lunes, 12 de noviembre de 2012

Sociedad limitada

El sueño del equipo español se esfuma: de su origen en la burbuja del ladrillo pasó a ser "del banco", como otras propiedades en estos tiempos, a diluirse como un azucarillo junto a los trabajos y las ilusiones de casi un centenar de trabajadores. No es una historia que no leamos cada día en los periódicos digitales, vivamos en nuestro entorno o incluso en nuestras propias carnes (¡ánimo!) pero no deja de hacernos perder una lágrima que algo que sentíamos como "nuestro" se termine.
Thesan Capital
 
En casi tres años en el Gran Circo, las diversas personas que han tenido el juguete en sus manos jamás han sabido valorar la dificultad de instalar un equipo en la elitista Fórmula 1, la complicación logística de encontrar un lugar donde "hacer Fórmula 1": una sede, oficina técnica y un túnel del viento donde trabajar, atraer ingenieros asentados en la Fórmula 1 y formar a tus propios trabajadores. Estos tres puntales, en la actual HRT, están separados por miles de kilómetros. Con la familia Carabante al frente, ni siquiera existían.

A pesar de los enormes esfuerzos de los buenos profesionales que seguían hasta ayer en nómina de HRTy de las ingentes jornadas de trabajo que se han metido entre pecho y espalda, el paquete generado por Thesan Capital que sí ha logrado atraer el interés de los aficionados españoles gracias al tirón dePedro de la Rosa y su instalación en la Caja Mágica, no ha logrado cuajar entre las empresas del país y tampoco ha conseguido lanzar el equipo a un nivel razonable para ser vendido a una empresa extranjera, el tapete donde realmente se juega la Fórmula 1.

A estas horas, se desconoce qué pasará con HRT. Es decir, qué pasará con sus trabajadores y su plaza en Fórmula 1, lo único válido de la escudería aparte de un par de contratos con el Ayuntamiento de Madrid y con Mercedes para la explotación de su túnel del viento, que vencen a final de año. Resulta difícil de creer que alguien vendrá a buscar en dos semanas lo que nadie ha querido comprar en año y medio porque, no se engañen, lo de este lunes no es más que un grito desesperado de sus dueños (sí, "el banco") para intentar salvar el máximo dinero posible de la inversión realizada en el equipo.
Carabante

Rentabilidad: cero


En resumen, aunque hay que reconocer que han tocado buenas puertas (India o China), la visión cortoplacista y la sangría económica que supone simplemente estar en Fórmula 1 ha pesado demasiado en la quijotesca aventura española. El Gran Circo no es rentable económicamente y ni siquiera lo es consiguiendo triunfos: pregunten por el paddock. Allí donde Honda o Toyota se estrellaron o donde el hombre más rico del mundo apenas se atrevió a entrar con un rol secundario, un par de empresarios españoles se creyeron que iban a obtener rédito económico sin saber ni cuántas marchas tiene un monoplaza. Atrevida ignorancia.

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