sábado, 21 de octubre de 2006

Duelo ¿al sol?

La Fórmula 1 suele perderse habitualmente en los vericuetos de la tecnología, los tecnicismos y las reglas complicadas. Todo eso quedará mañana en segundo plano en el Gran Premio de Brasil, donde Fernando Alonso y Michael Schumacher se juegan el título Mundial cara a cara. La situación pocas veces fue tan fácil de explicar: Alonso será campeón en todas las situaciones excepto en una, en la cual Schumacher se adjudique la carrera y el español no termine entre los ocho primeros.En la guerra psicológica de los últimos días, ambos se pelearon por ponerse la piel de cordero: “Siendo honesto, el título ya está perdido”, dijo Schumacher una y otra vez. “Esto no se acabó, no doy nada por hecho. Hasta el último giro todo puede pasar”, opinó el español.Como todo buen clásico que entrará en los anales del deporte, esta lucha también tiene un componente emocional.

Para Alonso será la despedida de Renault, el equipo con el cual fue campeón en el 2005 y que cambiará la temporada que viene por McLaren-Mercedes. “Es el fin de una era”, reconoció el jefe de motores de la escudería, Denis Chevrier. Aún más rápido palpitará el corazón de Schumacher; su adiós tiene aún más peso: se va de la Fórmula 1. La de Interlagos será la última carrera para el piloto de los récords, el más exitoso de la historia, el Lance Armstrong, el Jack Nicklaus, el Michael Jordan del automovilismo. Para despedirse con una sonrisa, ambos tendrán a su disposición todo lo que pidieron. Schumacher exigió un coche rápido, y el Ferrari F248 que probó en Jerez la pasada semana voló. Alonso requirió un coche lo más fiable posible para asegurarse llegar a la meta, y Renault le dio el R26 más duro de su garaje.Claro que ningún bólido es capaz de soportar un choque de un rival, y ese es el misterio que añade la pizca de picante que merece la histórica carrera. ¿Ayudará alguien a Schumacher con un ‘accidental’ empujón a Alonso que lo deje fuera? Todo el mundo lo niega, pero nadie pone la mano en el fuego por nadie: la Fórmula 1 consiste per se en estirar al límite el reglamento.El escenario de la batalla estará a la altura. No por su calidad, porque el circuito de Interlagos está anticuado y su asfalto de parches y baches, sino por su incertidumbre y simbolismo. También hay que tomar en cuenta a los equipos y sobre todo a los compañeros de los principales candidatos para el título.

El brasileño Felipe Massa ya señaló públicamente que ayudará en lo que pueda a Schumacher. El italiano Giancarlo Fisichella, escudero de Alonso, por lo menos hasta ayer, mantuvo silencio. Ellos también tienen su guerra particular, porque pelean por el honor de terminar tercero en el Mundial (Massa aventaja con un punto a Fisichella), pero sobre todo por ayudar a sus equipos a ganar el título de marcas.


En los últimos ensayos realizados ayer, Schumacher fue más rápido que el español. El alemán alcanzó el sexto puesto en la segunda sesión de entrenamientos de cara al Gran Premio de Brasil. Alonso fue décimo.Schumacher marcó un tiempo de 1:13,713 y Alonso 1:13,820. El más veloz de la sesión y el más rápido de toda la jornada fue el austríaco Alexander Wurz, piloto de pruebas de Williams-Cosworth, con 1:12,547.En la primera sesión de entrenamientos de ayer, Alonso y Schumacher arrancaron con mucha calma y no marcaron siquiera un tiempo. Mientras los dos pilotos que se disputarán mañana el Mundial descansaban, el más rápido fue el finlandés.

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