miércoles, 20 de abril de 2011

Shanghái: sobre Ferrari, Williams y los cambios



Soy de los que cree que será muy difícil que Fernando Alonso y Ferrari logren luchar por este título mundial. La decepción en Maranello es grande, la distancia con la cabeza es aún mayor y permítanme, como aficionado de esos que no jugaban con coches rojos en mi infancia, que dude de la motivación de un equipo que lleva demasiado tiempo cabalgando a contracorriente. Se suele decir que creer es poder y me temo que en Ferrari, pocos siguen creyendo en que, con la composición y el método de trabajo actual, se vaya a salir adelante.

La situación es similar en otro equipo histórico como Williams, que también lleva mucho tiempo apostando por un equipo técnico, liderado por Sam Michael, que ha producido más decepciones que alegrías a la parroquia de Grove. Sin embargo, la reacción en el seno del equipo inglés ante su lamentable inicio de temporada ya se ha producido y sus dirigentes comienzan a valorar los cambios que se producirán en el equipo a la par que trabajan en revertir la situación.

Parafraseando a Adam Parr, se pueden hacer tres cosas: cambiar la organización, fichar gente y dejar salir a otros. Está claro que en el caso de Ferrari, la solución pasa por las tres vertientes, ya que lo que les impide luchar por las victorias no es un asunto puntual de un piloto, una característica puntual del coche o un fallo estratégico. Va mucho más allá y con bajar la cabeza y arrimar el hombro, como repite y repite el político Montezemolo, no se va a solucionar nada.

A pesar de esta desilusión con Ferrari, el campeonato está en un estado inmejorable. Los neumáticos Pirelli han dado otro giro a las carreras (gracias Bridgestone por lastrar el que hubiera sido el mejor campeonato de siempre en 2010) y el DRS, una vez ajustado, va a dar ese aliciente justo a las carreras facilitando los adelantamientos, pero manteniendo el reto que supone intentar sobrepasar al tipo que tienes delante.

Quizá algunos estén molestos por lo difíciles de leer que son las carreras o porque en una carrera han perdido posiciones víctimas del alerón móvil, pero no hay nada más injusto que echar pestes sobre algo solamente porque no beneficie a nuestros intereses.

En Inglaterra, donde la palabra ‘confuso’ llenó los titulares tras el espectacular Gran Premio de Malasia, se han dado cuenta de lo absurdo que era el planteamiento este fin de semana con la victoria de Hamilton. Espero que no sea necesario esperar a que Alonso suba a lo más alto del podio para que todos nos demos cuenta de lo bonita que se está poniendo esta Fórmula 1. Mientras tanto, un consejo: disfruten la espera. Gane quien gane.

2 comentarios:

BiG_FooT dijo...

No te falta razón... La única pega que se le puede poner a este campeonato es que ahora los adelantamientos son gracias a la degradación de los neumáticos que a las manos de los pilotos como hace muchos años. Pero, viendo el nivel tecnológico actual, está claro que esas diferencias entre monoplazas no las vamos a poder volver a ver.

Ahora todo se mide en milesimas y si no es gracias a estos "inventos" me da que iba a estar mal la cosa...

Anyway, la carrera de China nos dejó un tercio final de carrera la mar de majo.. esperemos que siga esa tendencia durante el resto de temporada

J. Arce dijo...

Hombre, darle las gracias a Bridgestone es como cuando los alemanes se las dieron a Goodyear en 1998 echándoles la culpa de la ineptitud de Schumacher en Suzuka. Bridgestone se limitaron a fabricar los mejores neumáticos posibles mientras que a Purelli se les ha pedido los peores que puedan fabricar.