Los días de vino y rosas de la temporada 2012 de Fórmula 1 se han teñido de luto en los últimos días como cada mayo por el recuerdo de dos de los mayores talentos que ha disfrutado este deporte en su historia: el aclamado Ayrton Senna y el mítico Gilles Villeneuve. Dos pilotos cuya tragedia sobrecogió a una generación y dos hombres cuya personalidad encantadora quedaba ensombrecida por un comportamiento implacable en pista. Más de uno de los que eran sus compañeros de parrilla de aquella época tienen suerte de poder dar fe de ello: la nostalgia y el tiempo son medicinas perfectas contra el enfado ocasional.
Con el recuerdo de estos iconos del 'maximum attack' que acuñaría Mika Häkkinen a principios de los noventa, el Gran Circo aterriza en Barcelona con una incógnita en el ambiente: ¿veremos el primer capítulo de un dominio o habrá oportunidad para un nuevo 'outsider'? La llegada a Europa suele asentar el escalafón establecido en las primeras carreras, pero la peculiaridad de 2012 es que no hay nada establecido: Lotus, Ferrari, Mercedes, Sauber e incluso Williams y Force India han tenido momentos de inquietar a Red Bull y McLaren, los dos únicos equipos que dan muestras de poder instalarse en cabeza con asiduidad.
Sobre el Circuit pesa un estigma: quien va bien allí, va bien en todos los circuitos del Mundial. No por repetido deja de ser cierto. Más por ser la sede oficial de los entrenamientos de pretemporada que por las características del circuito, los resultados de este fin de semana pueden ser reveladores de lo que nos espera en el ciclo que nos llevará hasta el parón veraniego. Siete carreras en dos meses y medio para ganar un campeonato en algunos casos (Red Bull y McLaren) o tratar de mantenerse en la lucha mientras se recortan distancias (Alonso).
Sobre el Circuit pesa un estigma: quien va bien allí, va bien en todos los circuitos del Mundial. No por repetido deja de ser cierto. Más por ser la sede oficial de los entrenamientos de pretemporada que por las características del circuito, los resultados de este fin de semana pueden ser reveladores de lo que nos espera en el ciclo que nos llevará hasta el parón veraniego. Siete carreras en dos meses y medio para ganar un campeonato en algunos casos (Red Bull y McLaren) o tratar de mantenerse en la lucha mientras se recortan distancias (Alonso).
Hamilton no ha podido luchar por victorias
En la baraja de posibles ganadores, hay alguien cuya ausencia en lo más alto del podio comienza a extrañar: Lewis Hamilton. Las dos 'poles' conseguidas en los dos primeros Grandes Premios señalaron al inglés como candidato al título y a pesar de su segundo puesto en la clasificación, la temporada no ha comenzado bien para Lewis. Mezcla de errores propios y los despistes extraños en un equipo hiperprofesional como McLaren, la realidad es que el inglés no ha podido siquiera luchar por la victoria en ninguna de las carreras del año, algo que otros siete pilotos sí han podido hacer. Con una ambición desmedida mostrada en su petición de acudir a los tests de Mugello y la ansiedad por demostrar que se merece un hueco en el Olimpo de la Fórmula 1 a flor de piel, no cabe duda: el espíritu del 'maximum attack' estará vivo este fin de semana en Montmeló.
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