miércoles, 16 de mayo de 2012

Sagrada Familia


Williams es distinto a cualquier equipo de la Fórmula 1. Ejemplo de los altibajos del automovilismo, su historia en lo colectivo y en lo referido a SIR Frank cabalga entre periodos de dominio y grandes desastres, algo que, paradójicamente, este fin de semana se ha encargado de recordarnos. La victoria de Pastor Maldonado se vio ensombrecida por el desgraciado incendio en boxes. "Típico de Williams" diría algún clásico del 'paddock'.
Williams F1
 
Fundado con la palabra 'Engineering' al mismo tamaño que el propio nombre del equipo, no es extraño que los de Grove hayan vuelto a ganar en el año en que la aerodinámica ha pasado a un segundo plano y prácticamente todo se resume a tratamiento de neumáticos: pura comprensión y trabajo de ingeniería para adaptar tu coche al elemento diferenciador por excelencia, los cuatro puntos que unen al coche al asfalto. Y ahí el nuevo equipo técnico formado en la convulsa temporada 2011 ha sabido dar con un coche capaz de rendir en manos de un piloto especial.

Tuve la oportunidad de charlar durante horas con Pastor Maldonado durante la pretemporada en Barcelona y se encargó de disipar cualquier tipo de prejuicio que tuviera antes de conocerle en persona.Cercano y con una increíble confianza en sí mismo, la que es necesaria para cualquier aspirante a campeón, Pastor tenía claras dos cosas. 1) este año era distinto para Williams y podría subir al podio y 2) el equipo, con Bruno Senna al otro lado del box, le necesitaría más que nunca. Y él estaba dispuesto a dar ese salto cualitativo. Invertir media hora más en un briefing técnico, estar una hora más entrenando, sentarse frente a un libro para tratar de comprender qué hace que su monoplaza rinda más o menos en según qué curvas... los detalles que deciden carreras.
Williams F1

En esta tarea, el venezolano ha tenido la fortuna de encontrarse con dos tipos muy capaces: Fabrizio Maganzi, fisioterapeuta, amigo y prácticamente alma gemela de Pastor, quien después de una buena época trabajando en primera fila decidió dedicarse a pulir el diamante de un piloto demasiado dado a cometer errores pero rapidísimo como el que más, y Xevi Pujolar, perfeccionista ingeniero de pista de Pastor que, durante años ha estado preparándose para ser uno de los hombres más validos del equipo de Grove. A ellos no los cogieron Fernando y Kimi en el podio, pero su sello estaba presente en aquella imagen.

Un equipo que recupera su esencia


Los dos son parte de esta nueva Williams, el grupo de personas que sonrió la salida de Adam Parr, los que han sabido dejarse llevar por veteranos en mil batallas como Mike Coughlan y Mark Gillan, héroes de perfil bajo que están dispuestos a redimirse y volver a traer la gloria a la brillante sala de trofeos de la fábrica del equipo. Un escalafón por encima y al lado de SIR Frank como Toto Wolff, un apasionado de las carreras y el heredero perfecto para un conjunto en el que la palabra familia surge en mil conversaciones, en el que el nombre de su patrón ilumina la mirada de todos y cada uno de sus miembros. El equipo que está dispuesto a volver a reinventarse para dar disgustos a los grandes como en sus años de gloria. 

Será con Wolff, con la preparada Claire, con dinero venezolano o inversiones cataries, esta incombustible familia está destinada a volver a ocupar un hueco entre los grandes, el lugar del que nunca debió emigrar. Está en sus genes, ejemplo de pasión y auténtico patrimonio de la Fórmula 1. Al igual que Gaudí con su obra maestra barcelonesa, SIR Frank abandonará la construcción de su trabajo cuando aún esté inacabado, pero con la confianza de tener la gente adecuada para que su Sagrada Familia deslumbre al mundo. Su leyenda seguirá viva y su pasión continuará asombrando a los que admiren su legado.

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