domingo, 25 de agosto de 2013

Detalles

Mantener la cabeza fría en la salida más peligrosa del año, superar la tentación de apretar el KERS en la arrancada y tener la cabeza centrada en dónde y cómo será el ataque. Un piano demasiado pisado a la salida del Raidillon y su rival sería presa fácil con los siete segundos de KERS disponibles para adelantar. Y así fue. Primera vuelta. Primera posición. Vía libre para aplastarlos a todos.
Ver a tu rival a punto de colocarte un coche entre vosotros, ser capaz de visualizar dónde y cuándo se producirá el adelantamiento. Contemplar ese movimiento donde comienza la sangría de tiempo. De nuevo, no tocar el dichoso botón. Trazar Les Combes viendo el alerón de tu rival, buscar la trayectoria para traccionar en paralelo en la salida y ahora sí: KERS a fondo. Aunque a pocos se les hubiera imaginado hacerlo ahí. En la entrada de Rivage, el actor secundario ya es presa fácil. Vía libre para culminar una gran remontada.

Quizá no haya sido la carrera más divertida de la historia de Spa pero esos momentos, como la primera vuelta de Barcelona o la salida a las enlazadas de Baréin, son los que nos hacen valorar a estos pilotos como merecen. Quizá sea Fórmula 1 para sibaritas y sean pocos los que se preocupen por conocer el trasfondo de esos momentos, pero cuando el DRS hace que prácticamente cada adelantamiento en Kemmel sea exitoso y el ritmo de los pilotos se marca por las condiciones del neumático, estos pequeños detalles hacen separar a los notables de los sobresalientes. Dichosos sean.

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