miércoles, 25 de septiembre de 2013

Tomates

"Y si al público no le gustaba la obra, tiraban tomates podridos al escenario". ¿Cuántas veces han escuchado o leído esa frase? Tantas como para convertirse en un icono del mundo de la cultura: incluso una de las webs que recopila críticas de cine responde al nombre de 'tomates podridos'. Relacionando el mundo de la Fórmula 1 con el de la cultura y yendo más allá de las buenas críticas que tiene 'Rush' en dicha web, algún tomate podrido ha caído en el podio de las últimas carreras.
Me niego a aceptar que un aficionado de verdad a la Fórmula 1 sea capaz de abuchear a un piloto en un circuito. Me niego, por lo que creo que los tomates que ha recibido Sebastian Vettel en las últimas carreras no tienen directamente que ver con las excelentes actuaciones del piloto alemán. Creo que es muy fácil ver dónde señala el dedo y no ir más allá: son tomates a la actual Fórmula 1, la que ha provocado dos carreras soporíferas en templos como Spa o Monza o la que provoca que los pilotos conduzcan a un ritmo como si fueran maratonianos y no piloten como los sprinters que se supone que son.

Sí, llevamos cuatro años de victorias de Red Bull (y es posible que llegue alguno más) pero, si son el mejor equipo... ¿no es lógico que repitan victoria? Desde luego no será porque no se hayan puesto piedras en el camino de Newey y compañía en los últimos años en busca de terminar con su era, pero el equipo se ha sabido reponer perfectamente de ellas. Ese es el estigma que quedará marcado en los libros de historia. Sí, el cambio de neumáticos que Pirelli que se realizó a mitad de año (injusto en mi opinión, como ya comenté) ayudó en su recuperación pero eso no seamos ingenuos, no sólo eso fue lo que le dio a Vettel un segundo de margen sobre la competencia.

Ganando sin pelea


Aunque esto sería adentrarnos en otro debate, creo que la igualdad en la competición por debajo de la primera posición perjudica a Vettel. En la actual Fórmula 1 para conseguir puntos tienes que batallar, muchas veces cuerpo a cuerpo, gestionar tus neumáticos, dar con una estrategia óptima y no cometer errores. Demasiado en comparación a lo que parece hacer el alemán, quien clava gran parte de esas cuestiones ganando sin pelea. Lo hace demasiado fácil. Su situación se compara con la de Schumacher en 2002 y 2004 pero entonces los rivales eran mucho más cómodos para el de Ferrari. Su compañero, que no demostró ser mucho mejor de lo que es Webber, solía terminar segundo a un mundo del resto. Todo parecía más fácil para todos. Y no nos engañemos, era mucho más aburrido.


¿Si Vettel hubiera estado más torpe en la primera vuelta y hubiera tenido que superar a Rosberg unas vueltas más tarde habría sido mejor su victoria? ¿O si hubiera clasificado mal teniendo que remontar desde la tercera fila? En mi opinión no, pero está claro que la opinión general es otra. Decía Gilles Villeneuve quesu carrera soñada era conseguir la pole, tener un problema en la parrilla teniendo que salir último y remontando hasta la victoria. Visto el valor que se dio a lo ocurrido en Abu Dabi 2012 en comparación a otras grandísimas carreras de Vettel, los aficionados deben estar de acuerdo. 

Es absurdamente fácil enfadarse con Vettel por ganar con facilidad y por hacerse su trabajo. Es absurdamente fácil no entrar en el contexto de los pilotos y simplemente decir que el coche de Webber (o el de Massa) es uno peor que el de sus compañeros. Es demasiado fácil simplificar la complicadísima Fórmula 1 pero creo que bien vale el esfuerzo de ir más allá de tres campeonatos del mundo y 'Multi 21' para analizar los abucheos a Vettel. Sí, abuchean a Vettel pero también a la FIA, a Tilke, a Ecclestone y a todos esos equipos que se lo ponen fácil a Red Bull. No se preocupen, que hay tomates para todos.

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