miércoles, 20 de junio de 2007

Lo que la Nascar se llevó...


Un año sin él. Que Juan Pablo Montoya era un Piloto de Carreras con mayúsculas era algo sabido hace tiempo. Frank Williams llevaba prendado de él desde 1998 donde Juan Pablo remontó para ganar sobre mojado en el viejo Hockenheim en la F3000. En 2001, le llegó su oportunidad en la gran cosecha de la F1, junto a Kimi Räikkönen y Fernando Alonso. Ya en la tercera carrera del año, Juan Pablo se ganaría el corazón de mucho con su agresivo adelantamiento al campeón Michael Schumacher en Interlagos.

En resumen, Juan Pablo Montoya era -es- un personaje, capaz de lo mejor y lo peor; impetuoso, agresivo y sin pelos en la lengua. Todo un carácter. En F1 se le echa de menos, porque es de esos tipos que levantan pasiones y eso.. por algo será.

Una primera victoria en Monza 2001 a lo Williams, trabajada en cada vuelta; un drive-through en la lucha por el título en 2003; una victoria de punta a punta y con más de un minuto en Alemania 03; descalificado en Indy por cambiar de coche demasiado tarde; la gloria de ganar en Mónaco; un enfado infantil en Francia que le hace dejar Williams; una bandera negra por saltarse un semáforo en rojo en Canadá; una salida abrasadora en Silverstone 2005 para ganar en casa de McLaren; un trompo en la última curva de la calificación de Alemania... un portazo a la F1. Ese era Juan Pablo Montoya: Siete victorias, 13 poles, 12 vueltas rápidas, ningún título: un talento frustado.


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