miércoles, 16 de septiembre de 2009

Adiós al sueño Milton Keynes

Salvo milagro, y la historia nos asegura que ha habido pocos, ni Red Bull ganará el Campeonato del Mundo de constructores ni ninguno de los componentes de la 'pareja del año' se harán con la gloria individual. A pesar de haber sido los reyes del ecuador de la temporada, la llegada de la fase final no ha sentado bien a los coches de Adrian Newey, quien pese a haberse reivindicado con el mejor diseño de los que llenan la parrilla, aún sigue buscando la gloria perdida en McLaren.

"¡Maldita fortuna!" debe pensar Mark Webber. Apenas unos meses después de sufrir el accidente más grave de su carrera -fuera y dentro de las pistas-, se encontró en plena batalla por el título. A los ojos del profano, puede dar la impresión de que el australiano ha mejorado su juego en este 2009. Nada más lejos de la realidad. El único cambio relevante para Mark de cara a esta temporada está en las cuatro esquinas de su monoplaza. Los 'slicks' le han hecho pasar de excepcional calificador a solamente correcto, a la par que le han ayudado a encontrar su siempre criticado ritmo de carrera. Con rayados, Webber era un hombre de sábados y ahora lo es de domingos.

Tecnicismos aparte, es practicamente seguro que el 'aussie' ha perdido la única ocasión de su carrera para hacerse con el título. Debe ser frustrante, pero más lo sería haberse marchado sin callar a los críticos y demostrar al mundo que sí, que Webber podía hacerlo. En gran parte de las ocasiones ha hecho parecer pequeño a Sebastian Vettel y en fin, es un alivio no pasar a la historia como el hombre que jamás ganó un Gran Premio. Después de todo, es un buen botín para un tipo que dos meses antes del inicio de campeonato tenía difícil competir en Australia.

¿Y Vettel? Su estrella parece muy difuminada en comparación al brillo que tenía cuando ganó en Silverstone y de aquello solo hace un par de meses. Es cierto que hace "demasiado tiempo" que no besa un podio, pero en mi discutible opinión, su objetivo en esta temporada jamás podía ser luchar por el título. Hay muy pocos pilotos capaces de convertirse en contendientes serios en su primera opción por hacerse con el campeonato y aún menos tan jóvenes como Seb. En contraste con su compañero, Vettel tiene demasiado futuro por delante como para ver 2009 como una oportunidad perdida.

Este 'adiós', sin embargo, podría fácilmente convertirse en un 'hasta luego'. La base de Red Bull es inmejorable. No es oportunista decir que hubieran sido campeones si a) el doble difusor hubiera sido declarado ilegal o b) si la FIA les hubiera dado el consentimiento cuando -muchos meses antes del inicio del año- Newey consultó la legalidad del concepto. No hay dudas de que mirar para atrás es siempre un buen ejercicio para aprender de los errores del pasado, pero la gente de Milton Keynes debe alzar la mirada y comenzar a pensar en lo que le espera en 2010. Necesitan saber ya qué motor equiparán, una 'evolución' inteligente del RB5 (y no una revolución 'a lo Newey') y seguir con la ilusión del primer día. Entonces, Vettel y Webber volverán a estar en la carrera por el título.

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