El año 2008 no había empezado bien para el joven Sebastian Vettel y Toro Rosso, pero su destacable sexto puesto en el estreno del Valencia Street Circuit y el quinto en la extraordinaria carrera de Spa hacía que la competencia comenzara a ver al equipo de Faenza como un posible juez del título que se jugaban Lewis Hamilton y Felipe Massa. Pero nadie esperaba lo que pasó en Monza cuando Vettel fue el más listo (y el más rápido) en una calificación pasada por agua en la que Bourdais, cuarto, se encargó de confirmar el potencial de Toro Rosso en casa.
En carrera, cualquier cosa podría salirle mal a Seb. Se le podría haber calado el coche (como le pasó al cuatro veces campeón de la Champ). Podría haber trompeado como Webber. Podría haberse tocado como Coulthard, pero, como otras tantas veces, ese endiablado alemán lo hizo perfecto desde que se apagó el semáforo convirtiéndose en el ganador más joven de la historia con tan sólo 21 años arrebatando el récord a un tal Fernando Alonso. Aunque muchos seguían sin dar crédito a lo ocurrido, había ganado Toro Rosso. ¡Había ganado Minardi! ¡En Monza!
"A veces me preguntaba si era posible que estuviera primero. Esto es mucho más grande de lo que cualquiera pudiera imaginar."
Sebastian Vettel.
Seis años antes, a Minardi le quedaba mucho para ser Toro Rosso y apenas agonizaba en el fondo de la parrilla tras haber sido vendido a Paul Stoddart, un empresario australiano con más talento para dar titulares a la prensa que capacidad de sacar un equipo de Fórmula Uno adelante. Sin embargo, la primera carrera de ese 2002 será eternamente por la actuación de un debutante llamado Mark Webber terminó en quinta posición.
Cierto es que ocho coches quedaron eliminados en la primera vuelta en Melbourne tras el incidente entre Ralf Schumacher y Rubens Barrichello, pero Webber supo ser inteligente y evitar los problemas en unas circunstancias en las que pilotos expertos terminaron fuera de pista. Lo hizo para alegría de muchos aficionados en el circuito y millones de personas en el mundo. Pocas veces se ve a un piloto subir al podio sin quedar entre los tres primeros, pero en esta ocasión el reconocimiento estaba más que merecido.
En el recuerdo queda también la genial victoria de Giancarlo Fisichella con Jordan en Brasil 2003 en un Gran Premio con los finales más sorprendentes de la historia en el que nadie ocupó el lugar correcto en el podio. Fisichella compareció como segundo tras Räikkönen mientras que Alonso, tercero, no subió al cajón al haberse estrellado en el accidente que paró la carrera. Quince días después, el italiano recibió su trofeo al revelarse que la clasificación que valía era la de una vuelta anterior.
Giancarlo también es protagonista del momento 'outsider' más reciente de los elegidos con su pole position con Force India en el penúltimo Gran Premio de Bélgica. Sólo el KERS del Ferrari de Räikkönen le impidió convertir esa victoria en algo más... que un contrato con la Scuderia. Para terminar, hay que recordar a Markus Winkelhock. ¿No lo conocen? Es el único piloto que ha liderado todos los Grandes Premios que ha disputado. En concreto, uno: el GP de Europa 2007. Aunque no terminó aquella carrera, el alemán es uno de esos personajes que siempre serán recordados por los aficionados. Ahora mismo corre con Audi en el DTM.
1 comentario:
Lo de Marcus liderando fue mas bien cachondeo, pero lo de Vettel me lleno de alegria. ¿quien no tiene simpatia por Toro Rosso antes Minardi? Reconozco tambien, que por aquella epoca Vettel me caia mejor (que es distinto de que ahora me caiga mal), espero que el exito no se le suba a la coronilla.
Lo de Fisichella tambien habria sido un puntazo, y en aquella temporada, la victoria de Kimi tambien habria que calificarla tambien, como de outsider,
Un saludo.
Publicar un comentario