miércoles, 8 de diciembre de 2010

La decepción de la década: Indianapolis 2005


En plena lucha por el campeonato en 2005, el Gran Circo se desplazó a Indianapolis, pero durante el fin de semana, dos accidentes de en la sección del óvalo que atraviesa el circuito hicieron a los equipos comenzar a albergar muchas dudas sobre la posibilidad de que los neumáticos Michelín sólo soportasen el paso por dicha curva en un número escaso de ocasiones. La inspección realizada por el sello galo confirmó que las gomas no aguantarían una carrera usual y aunque la calificación se disputó sin problemas, los equipos y la FIA no fueron capaces de encontrar el consenso para aceptar alguna de todas las soluciones propuestas para solventar el embrollo.

Así que, una vez completada la vuelta de formación, los coches equipados con neumáticos Michelin enfilaron el pitlane dando pie el momento más lamentable de la última década de competición precisamente en el lugar en que la Fórmula Uno más necesitaba dar un buen espectáculo. Los aficionados se indignaron, Monteiro subió al podio acompañando a los pilotos de Ferrari en su única victoria del año, la polémica entre los equipos se acrecentó ("Hay que darle las gracias a Ferrari por pensar en la seguridad de los demás" fue la perla que soltó Fernando Alonso) y la Fórmula Uno sólo volvió en dos ocasiones más a Indianapolis. La guerra de neumáticos terminó aún antes ya que en 2007, Michelin ya estaba fuera de la Fórmula Uno.
"Yo no pongo en riesgo la vida de mis pilotos."
Flavio Briatore.

Muchos más matices si cabe presentó el desastre de McLaren en 2007. Fernando Alonso llegaba al equipo de sus sueños como bicampeón del mundo y la intención de dar comienzo a una era gloriosa en un equipo que necesitaba volver a ganar. Como compañero, McLaren permitió a Lewis Hamilton dar el salto a la Fórmula Uno. El inglés había maravillado a todos aquellos que se preocuparon por echar un ojo a sus carreras en la GP2 en 2006 y su carrera había sido tutelada por el equipo desde niño. Debutante y campeón: parecía una alineación perfecta.

Pero Hamilton rindió desde el primer día al 110% y pronto comenzó a hacer pensar al equipo que el sueño de ver a su joven pupilo ganando el Mundial era posible. El inglés se creció cuando el equipo le apoyó en un absurdo mosqueo en Mónaco y Alonso comenzó a sentirse algo más que incomodo cuando su compañero fue imbatible en la gira americana, pero la situación límite llegó en durante la calificación de Hungría cuando el equipo instigó una investigación contra su propio piloto motivando que la situación de Alonso pasara del sueño a la pesadilla en apenas unos meses. El resto es historia: Hamilton mostró su cara de debutante en las últimas carreras y Alonso se marchó del equipo mientras que eran Räikkönen y Ferrari quienes saboreaban el champagne.

La marcha de varios fabricantes también fueron noticias decepcionantes durante estos años: Toyota se marchó tras años de invertir más que ningún otro, Honda se fue sin aprovechar un coche ganador y BMW rompió con Williams dejando en el ambiente la sensación de que su unión pudo haber sido mucho más grande de lo que fue. En el camino también se quedó Jaguar, más por desidia de la dirección de Ford que por el fracaso deportivo de su programa.

Otro de los aspectos por los que se ha marcado la década ha sido la expansión del calendario por todo el mundo: Bahrein, Singapur, Corea, Abu Dabi y la inclusión de carreras nocturnas o durante el anochecer... que, desgraciadamente, en algunos casos comprometieron los aspectos deportivos: el Gran Premio de Malasia 2009 fue suspendido y el estreno del circuito de Corea terminó sin luz.

2 comentarios:

Hiarbas dijo...

Sin duda indianapolis, no hay rival. El arma arrojadiza para echar a Michelin del mundial.

Un saludo.

J. Arce dijo...

Efectivamente Hiarbas, aunque el estrepitoso fracaso de Honda y Toyota no le va a la zaga.