jueves, 6 de septiembre de 2012

Cinco kilómetros y 793 metros

Tu corazón se acelera. 310. 320. 330. Limitador. Cartel de 200 metros. 100. Pisotón al freno: 7ª, 6ª, 5ª... 1ª. Sólo los cinturones pegan tu espalda al asiento. Buscas la línea de la izquierda. La rozas y volante a la derecha. Muerdes el ápice, no demasiado. Colocas el morro y de nuevo, a por el piano. La zaga desliza. Pedal a fondo. ¡Vamos, tracción, dónde estás!
Primera curva de Monza
2ª, 3ª... no pierdas la línea interior aunque tu cuello quiera lo contrario. 6ª, 7ª... buscas la sombra de la derecha. Pasas por el puente. Dichoso reflejo del sol. Concéntrate. Freno a tope. ¡Cuántos baches! 4ª, 3ª, 2ª... ¡a volar! Dedos cruzados. Uno. Dos. Maldito piano. Malditas piedras. Maldita tracción. 2ª, 3ª... hay que revisar la telemetría.

Lesmo. Hay que clavarla. Sueltas el acelerador. Tacto con el freno. El morro zizgagea. No quiere entrar. Da igual: tiene que entrar. A usar todo el piano exterior. 4ª, 5ª... y de nuevo, al carril bueno. El peralte ayuda. El piano es traicionero. Dos ruedas fuera, casi las cuatro. Estuvo cerca el desastre. 3ª, 4ª... ¡DRS a fondo!
El bosque de Monza

Cuidado con tocar el piano interior. Bien hecho, pero no servirá de nada si fallas en Ascari. 300. Puente. 320. Vuelven los baches. No pises el piano. Espera. Espera. Ahora, ¡a por el interior! ¡en el aire! Cuidado con la zaga. Acaricia el piano. Uno. Dos. Izquierda. Aprovecha la escapatoria. El coche parece mucho más equilibrado aquí. 4ª, 5ª...

KERS. 6ª. Creo que viene un buen tiempo. La Parabólica será decisiva. 7ª, 310. 320. Ajusta a la izquierda. Ya está aquí. 6ª, 5ª... roza el interior. 4ª. No dudes. Equilibra la zaga. Suave con el pedal. La tentación es enorme. A fondo. Buen ángulo de salida. Vamos. Ahí están los tifosi. Vamos. Vamos. 6ª, 7ª... tu corazón se acelera... 300. 310.

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