Suzuka

Los últimos días han sido muy estresantes: el fin del 'crashgate' culminó en el Gran Premio de Singapur y desde ayer, ya podemos decir que Alonso es piloto de Ferrari para 2010. A pesar de que lo sabíamos desde hace mucho, seguimos viviendo las repercusiones al día a la espera de poder ver pronto el bautizo de Alonso con Ferrari en Valencia, ese día en que Fernando dejará de ser un protestante para convertirse en el papa de Maranello.

Tiempo habrá para hablar de lo sólo que estará Fernando en el desarrollo del sucesor del complicado F60, ya que por si había alguna duda, Ferrari ha tomado la decisión de financiar la vuelta de Räikkönen a McLaren, para compartir asiento en Woking con el inefable Lewis Hamilton. Sin duda, a Fernando le irá bien en Ferrari (ya hablaremos de la antes pisoteada bandera que ahora abrazarán los 'lobatianos'), pero de momento solo podemos pensar en lo que tenemos en frente. Siendo sinceros, estoy deseando que se apegue el semáforo rojo esta madrugada en Japón.

Y lo deseo porque aparte de que la Fórmula Uno hace mucho que no gira su foco de atención hacia el asfalto y citas como la de Suzuka son muy adecuadas para que la política y el mercado de fichajes se olviden un rato para disfrutar del deporte. Será un placer disfrutar de nuevo a Räikkönen, Hamilton y Alonso con posibilidades de competir en cabeza y convertirse en jueces que pueden decidir el campeonato y será interesante ver cómo maneja la presión Jenson Button, que podría hacerse con el título en casa de su flamante novia.

Porque como bien dice el amigo Ente, "de Suzuka no hay que tocar ni un piano, es el trazado perfecto". Que levante la mano quien no haya dado más de 5.000 vueltas al ocho japonés en cualquier simulador y sobre todo, quien no quiera ver a Vettel, Hamilton o Alguersuari peleándose por primera vez para enlazar las S sin perder el ritmo. Por eso, joyas como Suzuka o Spa deberían ser patrimonio del automovilismo mundial y nunca dejarnos.

Y por eso, para un servidor, son tan protagonistas como los pilotos. Por eso hoy quería dedicar unas lineas para reconcialiarme con ustedes y con este viejo amigo. Ya habrá tiempo para hablar de los destinos de Alonso, Räikkönen, Rosberg, Kubica, Vatanen, Todt y compañía. Apaguen sus teléfonos móviles y guarden silencio: Suzuka está de vuelta.