Pero dicha racha pudo romperse en Silverstone donde Red Bull ordenó a Webber "mantener distancias" con Vettel cuando el aussie estaba dispuesto a superar a su jefe de filas. ¿Qué hizo el piloto? Ignorar las órdenes del muro sin éxito, y después de la carrera, comentarlo ante la prensa. Una reacción que dista mucho de la ideal si tienes intención de renovar un contrato que termina a final de temporada y de paso, echa por tierra todas las teorías conspiranoicas sobre la diferencia de material en el equipo dejando claro que si Webber sospechara de algo así, no tardaría ni un segundo en soltarlo.
Después de esto, los meses que le quedan a Mark en Red Bull van a ser muy duros y no sólo en lo deportivo, donde está a años luz de su compañero de equipo. Vettel le saca tres puestos de media en parrilla, no dilapida puestos en cada salida y apenas ha cometido un par de errores en toda la temporada. El alemán ha sabido adaptarse al estilo de conducción que exigen los escapes sopladores -una de las claves por las que sufrió en Silverstone-, y a sus 24 años, son muy pocos los pilotos que podrían hacerle sombra en igualdad de condiciones. A día de hoy, lejos de su imponente rendimiento en 2010 y con los datos encima de la mesa, Webber no es uno de ellos.
¿Y ahora, qué? El futuro del australiano parece claro. Con la renovación cada vez más lejana, el único asiento apetecible es el de compañero de Fernando Alonso en Ferrari. Para ello, los italianos tendrían que deshacerse de Felipe Massa, que cuenta con un año más de contrato y está en la misma posición que Webber antes de Silverstone. En Maranello, Mark tendría las mismas opciones de batir a Alonso que actualmente tiene de hacerlo con Vettel. Y dudo que se haya parado a pensar fríamente si estar en Ferrari es deportivamente, a día de hoy y con 35 años, mejor opción que quedarse en Red Bull, equipo en el que ha ganado carreras con solvencia en los últimos años.
Lo único claro que tiene Mark en su cabeza es que su oportunidad pasó en la pasada temporada y no supo aprovecharla. Otros pilotos carentes de la magia de los grandes como Damon Hill, que no titubea afirmando que jamás fue tan constante como Schumacher o que nunca hubiera sido campeón con Senna al lado, sí supieron hacerlo. En esa terna también está Jenson Button.
El de McLaren es consciente de que nunca será tan rápido como Lewis Hamilton, pero lo suple con inteligencia y astucia para leer las carreras convirtiéndose en el preferido de un equipo hecho al gusto de su popular compañero de box, que tras una década luciendo su logo, comienza a perder el cariño de los que le vieron crecer. Afortunadamente para Vettel, ni él es Hamilton ni Webber tiene previsto vestirse de Button.
2 comentarios:
El problema de Mark es que Vettel no es el del año pasado. No tiene futuro en Red Bull si no es como escudero; para eso estará mejor en Ferrari. Y para Ferrari es mejor tener a Webber que a Massa.
Sin duda, Webber es mucho mejor piloto este año que el pasado, tanto en lo mental -sin la presión del título- como en lo técnico.
Yo creo que para Ferrari es mejor opción Webber.. pero ¿aceptará ser un perrito faldero? Ahí puede estar la clave.
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