viernes, 10 de febrero de 2012

Ferrari merece el aplauso (gane o pierda)

A la hora de escribir este texto, Fernando Alonso acaba de rebajar en más de un segundo el mejor tiempo de Ferrari de toda la semana en Jerez a primera hora del día. No sé si el asturiano quedará en primera posición intentando una vuelta con poco combustible o su tiempo será superado por otros y terminará en la parte inferior de la tabla como durante toda la semana.

Da igual. En unos entrenamientos totalmente privados sin exigencias técnicas exhaustivas y sin límites de peso, gran parte de la parrilla podría buscar los tiempos para acaparar titulares. Sin ir más lejos, tras ser el más rápido con Rubens Barrichello en estos mismos entrenamientos en la pasada temporada, Williams realizó una de las peores temporadas de su historia.

Apartando esta obviedad que no parece tal para algunos, Ferrari (por fin) ha apostado a doble o nada en 2012. Lejos de diseños evolutivos del pésimo F60 de 2009 -después de todo, como indica Adrian Newey, la gran parte de estos coches siguen teniendo la base de aquellos-, el equipo italiano ha asumido el riesgo de diseñar un monoplaza distinto que hemos venido analizando en los últimos días.

Las apuestas, como casi todo en la vida, pueden salir bien o mal. Y si son arriesgadas, la idea puede convertirse en genialidad o en desastre con una facilidad asombrosa pero Ferrari tenia que hacerlo. Instalado en la mediocridad en los últimos años sin pelear el campeonato salvo por un piloto admirable y los errores ajenos en 2010, Ferrari tenía que jugársela.

Con Pat Fry a la cabeza y protagonistas importantes como Stefano Domenicali o Felipe Massa en el alero a la espera de un gran año que pueda justificar su continuidad, 2012 quizá sea un desastre para Ferrari pero es de aplaudir que los italianos no hayan salido a empatar en esta temporada. Si lo hubieran hecho, la derrota estaba asegurada. Ahora, al menos y aunque termine con otra goleada, habrá partido. Hablamos en Australia.

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