Rubens Barrichello ha sido la sorpresa de la carrera de hoy con una actuación perfecta, sin errores, maximizando una estrategia ideal trazada desde boxes por Ross Brawn y a la que tantas veces nos acostumbró en sus tiempos de Ferrari para acabar en el podio, por primera vez desde su época en Ferrari.
Durante la calificación de ayer, Honda había estado demasiado cerca de la cola de la parrilla al quedar fuera a las primeras de cambio en la Q1 que sin duda, sus esperanzas de puntuar estaban fijadas en el cielo británico. Unido a la intermitente lluvia, el atrevimiento de Ross Brawn hizo el resto: ser el único equipo que se atreve a tomar determinada decisión táctica supone una confianza en su decisión impresionante, digna de un genio como él.
Pero lo cierto es que ese puesto pudo haber sido de otros. Mark Webber sufrió un trompo en la primera vuelta que le arruinó la carrera, pues luego demostró tener ritmo suficiente para haber luchado con los mejores. Kubica y Kovalainen también sufrieron accidentes que les impidieron estar en una lucha por el podio en la que tendrían las de ganar. Y Alonso... que a pesar de no cometer ningún fallo en toda la carrera no tuvo ninguna opción de luchar por el cajón... y es que Ross Brawn solo hay uno.
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