Firma invitada
Valentí Fradera, en F1 Racing
Esta temporada 2008 de F1 tenía que haber empezado con 12 equipos en Melbourne. Doce fue el númerus clausus que estableció la FIA un par de años atrás para acotar la cantidad de equipos participantes. Veinticuatro coches; otros tantos pilotos. Ni demasiados, ni demasiado pocos.
Pero hete aquí que la campaña arrancó en las antípodas con las mismas 11 escuderías del año anterior. Prodrive, depositario de esa 12ª franquicia, desistió de su empaño cuando empezó a verse claro que el concepto de los 'coches cliente' -en su día formulado como la salvación de la F1- no iba a fraguarse. David Richards, el visionario patrón de Prodrive, hizo mutis por el foro.
Dicha deserción desató una reacción en cadena entre los otros dos equipos que se habían amparado de forma más o menos velada en subterfugios como la 'propiedad intelectual' o la fabricación del chasis por parte de un tercero. Red Bull ya ha anunciado que pretende deshacerse de su equipo satélite Toro Rosso antes de 2010 (aunque en principio eso no supone que peligre la continuidad de la antigua escudería Minardi). Y Super Aguri -ese equipo levantado bajo los auspicios de Honda para no dejar colgado al ídolo japonés Takuma Sato (¡!)- ya ha renunciado a seguir pidiendo milagros y ha puesto punto y final a su ilusionante aventura.
Total, 10 equipos. Veinte coches; otros tantos pilotos. No es que se necesiten más para que un Gran Premio de F1 brinde el espectáculo que se le supone a la categoría reina del automovilismo (en el celebrado Mundial de MotoGP, sin ir más lejos, corren solo 18 máquinas). La F1 ha sobrevivido a la desaparición de equipos laureados como Lotus o Brabham y, sin duda, sobrevivirá a la de Super Aguri. Lo preocupante es que la F1 ya no se puede permitir el lujo de perder ni un solo equipo más; y que no se vislumbra quién puede venir a llenar los huecos.
Y sin equipos, sin coches, ¿dónde van a correr los pilotos? Las categorías inferiores están llenas de promesas hambrientas; la F1, de estrellas de relumbrón. Todos no caben; hacen falta coches, equipos.
Pero hete aquí que la campaña arrancó en las antípodas con las mismas 11 escuderías del año anterior. Prodrive, depositario de esa 12ª franquicia, desistió de su empaño cuando empezó a verse claro que el concepto de los 'coches cliente' -en su día formulado como la salvación de la F1- no iba a fraguarse. David Richards, el visionario patrón de Prodrive, hizo mutis por el foro.
Dicha deserción desató una reacción en cadena entre los otros dos equipos que se habían amparado de forma más o menos velada en subterfugios como la 'propiedad intelectual' o la fabricación del chasis por parte de un tercero. Red Bull ya ha anunciado que pretende deshacerse de su equipo satélite Toro Rosso antes de 2010 (aunque en principio eso no supone que peligre la continuidad de la antigua escudería Minardi). Y Super Aguri -ese equipo levantado bajo los auspicios de Honda para no dejar colgado al ídolo japonés Takuma Sato (¡!)- ya ha renunciado a seguir pidiendo milagros y ha puesto punto y final a su ilusionante aventura.
Total, 10 equipos. Veinte coches; otros tantos pilotos. No es que se necesiten más para que un Gran Premio de F1 brinde el espectáculo que se le supone a la categoría reina del automovilismo (en el celebrado Mundial de MotoGP, sin ir más lejos, corren solo 18 máquinas). La F1 ha sobrevivido a la desaparición de equipos laureados como Lotus o Brabham y, sin duda, sobrevivirá a la de Super Aguri. Lo preocupante es que la F1 ya no se puede permitir el lujo de perder ni un solo equipo más; y que no se vislumbra quién puede venir a llenar los huecos.
Y sin equipos, sin coches, ¿dónde van a correr los pilotos? Las categorías inferiores están llenas de promesas hambrientas; la F1, de estrellas de relumbrón. Todos no caben; hacen falta coches, equipos.
3 comentarios:
¿y dónde van a parar los licenciados en derecho?. En el mundo de los negocios la relación que prima es la de oferta y demanda.
Hace bastantes años se estableció un máximo de coches en pista por motivos de seguridad, y las sesiones de clasificación (Viernes y Sábado) tenían más importancia dado que se jugaban la participación en la carrera. Hoy en día esto es impensable dado que el presupuesto de los equipos es altísimo y ninguno se podría permitir quedarse fuera. 18 o a lo sumo 20 coches, es el ideal, no me gusta ver chicanes móviles.
En la f1 está de moda que los pilotos lleguen jovenes -se creen que van a descubrir al nuevo Hamilton-, y está llegando gente demasiado verde; además, la superlicencia es un regalo. La GPDA, que está tan de moda, no tiene nada que decir al respecto. En el otro extremo están los abuelos que no se van ni con agua caliente. Creo que como David no se quiere ir, el resto de la parrilla se ha propuesto echarlo, ¿quién lo sacará de la pista en Canadá?.
Y, como escribió Carlos Barazal en el nº 92 de Grand Prix, el mayor problema no es que falten equipos. Es que estos equipos son mayoritariamente fabricantes generalistas, que ven la F1 como un negocio que puede dejar de interesar en cualquier momento. ¿Qué ocurrirá si mañana Toyota dice que ya no le interesa?¿O Renault? Entonces tendrán que ser los equipos privados los que salven la F1, aquellos a lso que se les ha quitado el poder.
Por no hablar de los motores... ¿de dónde se sacarían sustitutos a Mercedes, por ejemplo?
Si la F1 quiere perdurar deberá premiar siempre la existencia de equipos privados, y esto no tiene por qué enfrentarse con la presencia de grandes fabricantes en ella.
Yo pienso que la política de equipos ha cambiado radicalmente y para mal. Pensad esto: Tyrrell, Williams, Brabham, Jordan... equipos privados que nacían del esfuerzo de ingenieros ilusionados, y luego estaban, claro, los equipos oficiales como Ferrari, Lotus, etc.
Hoy en día siguen algunos equipos oficiales, pero los privados no son más que caprichos de archimillonarios (Force India, Red Bull...) que ven en la F1 un filón para aumentar sus carteras.
Con esto quiero decir que desde hace muchos años para que nazca un nuevo equipo debe ser a base de talonario. Por eso cada vez es más difícil ver equipos nuevos y competitivos.
En cuanto a lo que dice Alberto, lo cierto es que Mansell, Prost, Senna o Lauda no eran mucho más jóvenes que Coulthard o Barrichello cuando aún ganaban títulos... así que un respeto a las canas XDD
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