miércoles, 30 de abril de 2008

Un sueño no tan lejano


Tres finales seguidos en los puntos. Ocho puntos en cuatro carreras. Ese es el resultado obtenido por Mark Webber con su Red Bull en este 2008. Es posible que el monoplaza de Brackley no sea más rápido que el RB3 del año pasado, pero tiene algo de lo que han adolecido sus predecesores: la ansiada fiabilidad. Algo que parece tan sencillo como que 'el coche no se rompa' ha costado muchos quebraderos de cabeza a los chicos de Milton Keynes y ha costado al espigado australiano algunos resultados más que buenos.


En una F1 en la que nada se deja al azar, resulta extraño decir que Webber ha tenido mala suerte durante su carrera. Debutó llevando su Minardi al quinto puesto en Melbourne 2002, en el día más feliz de la escudería de Faenza y su carrera fue ascendiendo de forma exponencial hasta firmar con Williams en 2005, recorriendo los pasos de Alan Jones, en lo que era cumplir el sueño de su infancia. Nada salió como todo el mundo esperaba. El monoplaza era rápido pero poco fiable. Un único podio fue el decepcionante mejor resultado de Webber en esos años. Después se unió a Red Bull, encabezando el proyecto austriaco liderado por Adrian Newey. Navegando hacia el segundo puesto y con opciones de victoria Webber sufrió un desafortunado accidente cuando Sebastian Vettel embistió su RB3.

Y en estas estamos. A pesar de más de cien ocasiones sin besar las mieles del éxito, el temperamento del 'aussie' es tan enorme que el sindrome de Chris Amon no daña su determinación para luchar por el éxito. Su inicio de año da buena fe de ello. Hacía tres años que no puntuaba en tres carreras seguidas. Imaginemos que Red Bull sigue creciendo como hasta ahora. Entonces, quizá algún dia su día de gloria llegue y tanto merecimiento recibirá la deseada recompensa para Mark. Comparandolo con el sueño de correr en F1 que un joven tenía en Nueva Gales del Sur cuando veía a sus idolos de madrugada, ganar no es más que otro sueño. No tan lejano como aquel...

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